Hyundai Tucson Opiniones
heycar opiniones
Escrito por, heycar
- Compacto urbano ideal que ofrece más espacio que muchos rivales por lo que cuestaAcabados de calidad
- Mucho espacio interior
- Cinco años de garantía
- No es el SUV más rápido
- Los motores de gasolina consumen mucho
- La dirección es dura en modelos con llantas más grandes
Veredicto general
Lanzado en 2015 pero notablemente renovado en 2018, nunca ha presentado unas líneas tan esculpidas por dentro o por fuera y es uno de los coches más populares de la marca. Sin embargo, con tantos rivales tan poderosos, lo tiene difícil para destacar.
Afortunadamente, tiene muchas cosas buenas. El interior es elegante, la calidad de los materiales ha mejorado mucho y viene con un generoso equipamiento de serie. En un segmento donde lo práctico es de vital importancia, destaca su excelente interior y ofrece máxima comodidad a los pasajeros, un montón de portaobjetos bien acabados y un maletero impresionante.
Todos los modelos vienen con climatizador, cámara de visión trasera, asistente de mantenimiento de carril e integración de smartphones Apple y Android, mientras que nuestro acabado favorito SLE incorpora sensores de aparcamiento, control de crucero y navegación por satélite.
Su gama de motores ha seguido el ritmo de los últimos avances tecnológicos y presenta un sistema microhíbrido en los tres modelos diésel. Básicamente, tiene un sistema de parada-arranque mejorado y lleva una batería de mayor voltaje que puede acumular energía a medida que conduces, o aumentar la potencia cuando necesitas más brío a través de un motor eléctrico. También ayuda a reducir el consumo de combustible, pero no lo notarás en marcha: recogerás los frutos cuando vayas a repostar.
Este sistema va instalado en un motor de 1,6 litros con 115 o 136 CV y en otro de 2,0 litros y 185 CV. Este último es el único Hyundai Tucson con tracción a las cuatro ruedas y es el que tira más, así que es el que tienes que comprar si necesitas un coche de remolque. En cuanto a las motorizaciones en gasolina, hay un turbo de 1,6 litros que va a un ritmo impresionante y otro modelo que no es turbo y se queda sin fuelle, así que es mejor evitarlo.
La mayoría de los motores se pueden asociar a un moderno cambio manual de seis velocidades o a uno automático de doble embrague y siete velocidades. El primero es agradable de usar y, aunque el segundo mejora las prestaciones, puede dar algunos tirones y mostrarse vacilante.
En carretera, el Hyundai Tucson se conduce bien y se mantiene recto en las curvas, pero tiene menos dinamismo que coches como el Seat Ateca y el Mazda CX-5. La dirección es anodina y la conducción resulta un poco dura, cosa que empeora en versiones más deportivas con ruedas grandes. La dirección vibra sobre tramos de carretera más irregulares.
Para algunos compradores esto no importa demasiado y en autopista se agarra bien. De hecho, es un coche extraordinariamente silencioso para hacer viajes largos, con asientos cómodos, motores que apenas se oyen y poco ruido de neumáticos.
Si sumamos esta naturaleza tranquila a su espacioso interior, unos materiales decentes y una amplia gama de equipamientos de lujo y sistemas de seguridad al menos en los acabados superiores, tenemos un coche con una buena relación calidad-precio y una estupenda garantía de cinco años. Claro, hay SUV que eclipsan al Hyundai Tucson en algunas áreas, pero se acerca a ellos en la mayoría de los aspectos.
¿El Hyundai Tucson es el coche adecuado para ti?
El Hyundai Tucson es el tipo de coche de aquellos compradores que buscan una posición de conducción elevada y el interior espacioso que comparten todos los SUV. Esto hace del Hyundai un gran coche familiar y viene bien equipado, con pocas opciones.
Comprar un coche nuevo puede provocar cierta sensación de incertidumbre, pero con su garantía de cinco años de kilometraje ilimitado y su excelente historial de fiabilidad, el Hyundai Tucson es quizás una de las compras que harás con más tranquilidad.
Aunque algunas de las versiones más caras vienen con tracción a las cuatro ruedas, este es un coche solo para aventuras en carretera, por lo que solo aflojaríamos la pasta para comprar este modelo si estás pensando en llevar remolque o sueles conducir por nieve durante el duro invierno.
Sin duda es elegante, pero tampoco llegaríamos a decir que tiene un sello distintivo (ni siquiera el acabado N Line más deportivo), así que si quieres un coche que llame la atención, probablemente este no es para ti. Del mismo modo, los motores de gasolina consumen bastante, lo que significa que tendrías que optar por uno de los diésel si haces muchos kilómetros al año, o si eso te supone un problema, comprar un SUV diferente.
¿Cuál es el mejor modelo/motor de Hyundai Tucson?
En ciertos acabados el Hyundai Tucson ofrece una excelente relación calidad-precio, pero si te equivocas de motor o apuestas por versiones superiores, el precio se dispara hasta el punto en el que resulta difícil de justificar. Creemos que el punto medio está en el modelo SLE.
Siempre que no necesites tracción a las cuatro ruedas (y la mayoría de la gente no la necesita), este coche ofrece una buena selección de motorizaciones entre las que elegir, una pantalla de infoentretenimiento más agradable, además de aspectos esenciales en un SUV como el control de crucero y sensores de aparcamiento traseros.
Por lo que respecta al motor en ese acabado, elijas lo que elijas, no te compres el gasolina básico no turbo. Consume una barbaridad, es muy lento y suena forzado cuando le exiges al motor, cosa que tendrás que hacer constantemente para que circule con convicción.
El turbo de 1,6 litros es mucho más rápido y la opción más inteligente para aquellos compradores que no hacen demasiados kilómetros. Como no lleva la tecnología microhíbrida, tiene un precio 7.600 € más bajo que nuestro modelo favorito diésel de 136 CV.
Sin embargo, si haces más de 15.000 kilómetros al año, probablemente te convenga más un diésel, ya que no merece la pena tener un consumo de 7.9l/100km en lugar de 5l/100km por lo que te vas a gastar en combustible.
¿Qué otros coches son similares al Hyundai Tucson?
El Hyundai Tucson destaca por su equipamiento y su espacio interior, sin olvidar la garantía de cinco años del fabricante. Si todos estos factores te parecen importantes, que sepas que el Toyota RAV4 tiene todas estas buenas cualidades, a las que se suma una transmisión completamente híbrida.
De hecho, este segmento está repleto de excelentes todoterrenos con diferentes estéticas, buen comportamiento fuera del asfalto, practicidad y flexibilidad para disfrutar de la conducción. Algunos de los modelos más fuertes con precios similares al Hyundai son el Skoda Karoq, Peugeot 3008 y el Seat Ateca, pero todos tienen mérito.
Si quieres jugar en las grandes ligas de los SUVs de cinco plazas, el Volvo XC40 tiene estilo y espacio a raudales y con un interior impresionante, mientras que el Range Rover Evoque rebosa atractivo y responde muy bien fuera del asfalto.
Para conductores más entusiastas que quieren un SUV más deportivo, el Mazda CX-5 impresiona en carreteras sinuosas. Y si simplemente necesitas un diésel asequible con capacidad de remolque y tracción a las cuatro ruedas, echa un vistazo al Ssangyong Korando.
En resumen
Los compradores tienen un amplio abanico de opciones cuando se plantean comprar un SUV de tamaño medio y el Hyundai tiene varios rivales en esta clase que son más cómodos o más divertidos de conducir. El Hyundai Tucson sigue teniendo muchas virtudes, pero la mejor elección es el T-GDi de 1,6 litros en el acabado SLE. Ofrece la mejor relación calidad-precio y tiene un maletero más grande que el diésel.
Se ha liberado espacio para bajar toda la consola (aparte de la pantalla), por lo que hay más sensación de amplitud en el interior, mucha más luz y una separación clara entre la instrumentación, la pantalla y los controles inferiores de calefacción y ventilación.
Lo que ya era un interior muy funcional y práctico ahora resulta un poco más estilizado, pero los retoques de diseño no han menoscabado su excelente ergonomía. No tardarás mucho en encontrar el botón correcto y todo está agrupado por función, colocado con criterio y claramente etiquetado para evitar cualquier confusión mientras conduces.
Su posición de conducción elevada proporciona una visión magnífica de la carretera. Los asientos delanteros son fantásticos y son suficientemente firmes como para estar cómodo durante horas, pero suficientemente blandos como para ser acogedores. Si eliges un modelo SLE o superior, también disfrutarás de ajustes lumbares para evitar dolores de espalda después de un día al volante.
Todos los modelos ofrecen suficientes ajustes en el asiento y el volante para garantizar que todos los conductores encuentran la postura de conducción que mejor se adapta a ellos, mientras que los asientos de los modelos Premium tienen regulación eléctrica completa y calefacción y ventilación.
Calidad y acabado
Quedan lejos los días en los que comprar un coche de una marca coreana significaba tener una sensación de interior barato. Basta con echar un vistazo dentro del Hyundai Tucson para convencer a cualquiera de que Hyundai está al mismo nivel que los coches europeos.
Todo lo que hay dentro parece suficientemente resistente como para pasar cualquier examen, y aunque algunos de los controles son más agradables que otros, lo que tocarás más a menudo (volante, pantalla de infoentretenimiento, climatización) tiene un tacto impecable.
Desde el restyling de 2018 parece de una gama superior. Hay una generosa dosis de suaves plásticos en el salpicadero y las puertas, menos botones abarrotando la consola central y tejidos más agradables en los acabados más económicos.
Si te subes en un N Line, los resistentes plásticos grises dan paso a motivos deportivos rojos y negros, con cuero sintético en la consola central (con un retoque deportivo de pespuntes en color rojo fuerte como contraste), parrilla cromada negra y asientos de cuero y ante. Todo destila buen gusto y los pedales de metal brillante y los retoques rojos realmente suben el nivel de la cabina.
Los Hyundai Tucson de alta gama tienen toda la tapicería de cuero, pero sigue habiendo aquí y allá plásticos endebles y otros más duros que te recuerdan amablemente que estás en una versión cara de un SUV normalito, y no en un modelo premium de pleno derecho.
Son estos pocos detalles más toscos (tapa de la guantera endeble, parte superior de las puertas áspera) lo que hay que pulir para que Hyundai pueda desafiar a los mejores de su clase. Obviamente es más lujoso que un Nissan Qashqai, pero menos que un Audi Q3.
Sistema de infoentretenimiento
Todos los Hyundai Tucson tienen pantalla táctil, radio DAB, Bluetooth y un conjunto de al menos seis altavoces. Sin embargo, el sistema Apple CarPlay y Android Auto solo está disponible en los modelos SLE y N Line, lo que te permite conectar directamente el smartphone para usar sus aplicaciones.
No está mal, es un nivel similar de infoentretenimiento al que encontrarías en la mayoría de sus contemporáneos. En los modelos anteriores, tenías que comprar al menos un SLE para tener siquiera una pantalla y solo se utilizaba el teléfono para hacer llamadas con manos libres.
Ahora, la razón para buscar este extra en los modelos SLE y N Line es que viene con una pantalla táctil más grande de 8,0 pulgadas (El modelo Essence viene con pantalla monocromo de 12,7 cm (5’’)) con gráficos más claros, navegación por satélite integrada, mapas coloridos, alertas de tráfico en vivo y respuestas bastante rápidas también.
No es tan nítida como las mejores en esta clase, pero es bastante intuitiva y nos gusta que Hyundai ofrezca botones físicos de acceso directo en ambos lados de la pantalla para ayudarte a navegar rápidamente por los diversos menús.
La calidad del sonido está bien, pero querrás mejorarlo e instalar uno de los modelos premium si realmente te gusta la música. Vienen con una configuración de ocho altavoces y subwoofer, pero no es de una marca que todo el mundo conozca. Lo bueno es que también tendrás un soporte inalámbrico de recarga de teléfonos y una pantalla LCD con más colores.
Espacio y practicidad
El Hyundai Tucson debe demostrar que es un versátil coche familiar. Tiene un interior espacioso, un maletero decente y una serie de detalles prácticos que muestran claramente que este coche se ha diseñado pensando en padres ocupados.
Cuatro adultos caben cómodamente e incluso cinco no estarían demasiado apretados. La cabina es lo suficientemente ancha como para que quepan tres personas en el banco trasero sin demasiados empujones. El que se siente en el medio irá un poco más alto que los otros y también tendrá que apoyar los pies sobre el túnel de transmisión.
Detalles agradables como sus respaldos profundamente reclinables, perchas adicionales y un reposabrazos trasero con un conjunto de portavasos integrados garantizan que viajar en la parte trasera del Hyundai Tucson sea tan estupendo como hacerlo delante. Las puertas se abren mucho y son anchas, por lo que no te costará colocar una silla de niño grande. Los puntos ISOFIX para anclar sillas de niño están cubiertos por pestañas de plástico abatibles, pero están bien sujetas para que no se pierdan.
Solo los modelos de alta gama tienen un maletero que se abre simplemente pulsando un botón, una característica que encontrarás en las versiones más baratas de muchos de sus rivales, lo que viene muy bien cuando vuelves de la compra cargado de bolsas.
Una vez que estás delante del maletero, tienes mucha capacidad (más de 500 litros en modelos de gasolina), pero si eliges un diésel el espacio se reduce ligeramente, ya que las estructuras de la transmisión microhíbrida ocupan espacio debajo del suelo.
La zona de carga es ancha y profunda, y aunque los pasos de rueda se meten un poco por ambos lados, caben fácilmente un conjunto de maletas, el cochecito del niño o cajas de embalaje grandes. Si colocas el suelo del maletero en su posición más baja, podrás colocar todo lo anterior debajo de la bandeja plegable, que se guarda perfectamente cuando no se usa.
Si lo vuelves a colocar en su posición más alta, tendrás una zona de carga perfectamente plana, sin nada que moleste. Aunque no puedas abatir los asientos con prácticas palancas en el maletero, una vez abatidos quedan a ras del maletero. De este modo tendrás más de 1500 litros de capacidad y los asientos se dividen en una proporción 60:40 si necesitas llevar pasajeros también.
En términos de capacidad, podrás meter más cosas en el Hyundai que en otros muchos coches. Aunque el VW Tiguan y el Mazda CX-5 son aún más espaciosos con los asientos abatidos, dudamos de que alguien tenga quejas con respecto a su practicidad.
Naturalmente, esta maniobrabilidad está por encima de la conducción deportiva para la mayoría de los compradores. Aun así, las sensaciones imprecisas y anodinas que trasmiten las ruedas dejan al conductor en la más absoluta oscuridad sobre lo que sucede ahí abajo y generan desconfianza. La sensación de falta de agarre hace que no tenga sentido pisar mucho el acelerador. No es tan divertido como, por ejemplo, el Seat Ateca.
Es una pena, porque en otros aspectos el coche responde bien. No se inclina tanto como otros SUVs en las curvas y no da botes ni bandazos sobre superficies irregulares, lo que transmite una sensación de control.
Los neumáticos delanteros se agarran bastante bien y te costará notar la diferencia entre las versiones con tracción delantera y a las cuatro ruedas con el asfalto seco, pero esta última opción da la sensación de que la dirección se bloquea sobre superficies con barro.
La versión N Line (con el motor de gasolina 1.6 T-GDi) trae algunos ajustes mecánicos que supuestamente ayudan a perfeccionar la conducción del Hyundai Tucson. Se ha mejorado la dirección y se ha endurecido la suspensión delantera y trasera. Responde algo mejor en carreteras complicadas, pero aún está lejos de la sensibilidad y agilidad del Mazda CX-5.
Elegir el modelo más deportivo (N Line) también significa llevar un conjunto de llantas de aleación de 18 pulgadas que no facilitan precisamente la conducción. Tal como está, la dirección de serie ya es dura cuando va por tramos ásperos de carretera y pilla un bache. Las llantas más grandes acentúan este comportamiento tan desagradable, haciendo que el Hyundai Tucson transmita nerviosismo en ciudad.
Pero esto son pequeñeces. Mientras lleves un tamaño de rueda razonable, el Hyundai no causará demasiadas vibraciones que molesten a los pasajeros y responderá de una manera competente y estable, aunque no quede en el recuerdo.
Motores y cajas de cambios
Cuando se lanzó en 2015, el Hyundai Tucson venía con una amplia gama de motorizaciones: dos motores de gasolina y cinco diésel. En la parte inferior de la gama había un gasolina no turbo de 132 CV y 1,6 litros, y un diésel de 1,7 litros con 116 CV, ambos con caja de cambios manual.
En la parte media de la gama, se podía añadir un turbocompresor al motor de gasolina para aumentar su potencia a 177 CV o elegir un 1,7 litros con 141 CV, que venía con la opción de una caja de cambios automática de doble embrague. La gama alta venía equipada con tracción a las cuatro ruedas y un motor diésel de 2,0 litros con 136 CV o 185 CV, y la opción de cambio manual o automático.
Hoy hay el mismo número de motores, pero a la nueva generación de 2018 le han hecho cambios importantes. En primer lugar, el diésel de alta gama se sustituyó por un motor microhíbrido con la misma potencia y, al año siguiente, el más pequeño de 1,7 litros también se descartó en favor de un híbrido 1.6 CRDi más limpio con 115 CV o 136 CV.
Así que claramente la oferta es muy amplia, pero Hyundai facilita las cosas al restringir qué motores se pueden vender con diferentes acabados. El modelo básico Essence viene con un gasolina no turbo y los vigorosos modelos diésel de 2,0 litros están reservados para los modelos SLE y N Line, situados en la parte más alta de la gama.
Sin embargo, nuestro consejo no ha cambiado mucho. Evitaríamos el motor de gasolina 1.6 GD-i del modelo básico. Es demasiado débil para un coche tan grande y lo pasarás realmente mal en autopista o cuando viajes con unos cuantos pasajeros a bordo.
La versión turbo tarda dos segundos menos en pasar de 0 a 100 km/h, pero lo más destacado que notarás al conducir es la flexibilidad, con una gran potencia de tracción en todas las marchas. Si lo combinas con la caja de cambios automática de doble embrague opcional, será aún más rápido, pero esta transmisión es un poco espasmódica a bajas velocidades.
En comparación, los diésel de 1,6 litros parecen bastante sobrios. Son mucho más eficientes que los de gasolina una vez en carrera, por lo que son ideales para los conductores que hacen más kilómetros, pero si te lo puedes permitir, trataríamos de llegar al de 136 CV si es posible. Puede que no vaya como un cohete, pero ciertamente ayuda a ir más tranquilo cuando llevas una carga pesada.
Si quieres tracción a las cuatro ruedas, el diésel de 2,0 litros es la única opción. El cambio automático tradicional de ocho velocidades ayuda a gestionar sus 400Nm de brío y es el motor con mayor capacidad de remolque de toda la gama: un máximo de 1.900 kg frenado.
Refinamiento y niveles de ruido
El nuevo Hyundai Tucson parece un producto más pulido y premium en casi todos los aspectos, incluida la forma en que ahora filtra la mayoría de ruidos no deseados, asegurando que la cabina siga siendo un lugar tranquilo mientras cubres kilómetros de autopista.
Escucharás un silbido en torno a los retrovisores laterales cuando vas en carretera, pero los neumáticos apenas se oyen, incluso en modelos más deportivos equipados con llantas más grandes. Los dos motores de gasolina de 1,6 litros son muy silenciosos y suaves, aunque oirás más el modelo no turbo porque lo tendrás que forzar un poco más.
Las cajas diésel se quejan un poco más a bajas velocidades y ni el motor de 1,6 litros ni el de 2,0 litros es tan silencioso o flexible en los últimos motores del Grupo VW en versiones más rápidas del Tiguan, el Skoda Karoq y el Seat Ateca.
Aun así, la nueva tecnología microhíbrida a bordo hace que el sistema de arranque/parada sea mucho menos abrupto.
Desafortunadamente hay un inconveniente. Los frenos regenerativos que recargan la batería son extraños, ya que el pedal es tan blando que al conductor le cuesta determinar la fuerza que debe hacer para frenar. A diferencia de un 100% híbrido, no se puede conducir solo en modo eléctrico, así que no es más silencioso que un diésel normal cuando se conduce por el centro de la ciudad.
Equipamiento de seguridad
Hyundai ha ido añadiendo al Tucson el equipamiento de seguridad más novedoso a medida que ha estado disponible, por lo que los coches posteriores (después del restyling de 2018) vienen con más sistemas electrónicos de asistencia y ayuda a la conducción que las versiones anteriores.
Aun así, incluso sin estos artilugios, el Hyundai Tucson te permite llevar a la familia con mucha seguridad y salir bien parado si tienes la mala suerte de tener un accidente. Fue sometido a las pruebas independientes de Euro NCAP en 2015
y los resultados fueron impresionantes, con una calificación total de cinco estrellas, que es en gran medida el estándar mínimo en esta clase hoy en día. Mirando de cerca cada una de las categorías, se comporta ligeramente mejor que el Peugeot 3008 en términos de protección de peatones y asistentes de seguridad, pero los rivales más nuevos lo hicieron mejor en lo que respecta a la protección de adultos y niños.
Pero sospechamos que si se sometiera a las pruebas de nuevo hoy, podría superar sus calificaciones anteriores. Cada modelo ahora viene engalanado con un amplio equipamiento de seguridad que incluye un capó activo para proteger a los peatones, seis airbags, una cámara de visión trasera, control de arranque en pendiente para hacer salidas limpias y control de descenso en pendiente para facilitarte las bajadas.
La parte más importante del equipamiento que ahora viene de serie en todos los acabados es el freno automático de emergencia. Antes solo estaba disponible en las versiones más caras. Este sistema ha demostrado que reduce los accidentes a baja velocidad. Utiliza una cámara para escanear la carretera, avisa al conductor si detecta una posible colisión y frena si es necesario.
Hyundai es un poco más tacaño con los sistemas de aparcamiento. No tiene sistemas automáticos para aparcar en paralelo y tienes que irte hasta el modelo SE Nav para disfrutar de sensores traseros y al N Line para tener los delanteros. Si te dejas el dinero en un Premium SE, contarás con un conjunto de elegantes cámaras de visión de 360º.
Hay un par de juguetes reservados para los modelos Premium, a saber, la detección de puntos ciegos e incluso más sensores que te avisan de si pasa un coche cuando estás saliendo marcha atrás de una calle sin visibilidad. Todos los modelos llevan una práctica rueda de repuesto, excepto los microhíbridos, que vienen con un kit básico de reparación de neumáticos en su lugar.
La caja de tracción a las cuatro ruedas de 2,0 litros previsiblemente consumirá más, pero los propietarios que nos informan de sus l/km reales registran unos preocupantemente bajos 12,5 km por litro (6,8 (l/100km) en fase combinada) de media, así que si eres realista, debes esperar que la cifra esté en algún lugar entre esas dos.
También te costará conseguir más de 12,75 km por litro del motor de gasolina 1.6 T-GDi, aunque con la tracción delantera puede llegar a un consumo real de más de 468 km (7,8 l/100km) gracias al depósito de 60 litros. Lo mismo se aplica a los modelos híbridos.
Grupos de seguros y costes
Asegurar un SUV puede ser caro, pero la mejor manera de pagar sin problemas las primas anuales es comprar el modelo de gasolina más barato de 1,6 litros, para el que puedes contratar un seguro a todo riesgo por tan solo 447 € al año. Es más barato que las versiones básicas del Nissan Qashqai y el Peugeot 3008, pero no tan asequible como el Skoda Karoq.
Los compradores de diésel se sentirán aliviados al enterarse de que pagarán un precio muy similar por el motor de 1,6 litros con 115 CV, aunque si optan por el modelo más fornido de 136 CV el precio sube.
El diésel de 2,0 litros con todos los extras y tracción a las cuatro ruedas costará más de lo que cabría esperar y con el seguro a todo riesgo sube a casi 3.000 € al año, por encima del VW Tiguan, que es igual de potente. Es mejor evitarlo si tienes algunos partes.
No es mucho más si quieres un motor más fornido de 2,0 litros y tracción a las cuatro ruedas. Como este motor solo está disponible para modelos más premium (SLE y N-Line) el precio con el motor de 2-litros se dispara a los 30.000€, por un coche nuevo y con el Plan Renove del Gobierno. Un SLE de segunda mano con menos de 50.000km matriculado en 2018, motor diesel 1.6 CRDI 136CV se vende por 24.800 € aproximadamente
Sin embargo, la versión previa al restyling no es tan elegante por dentro como la generación actual. Los motores diésel más antiguos son también bastante rudimentarios y renuncian al inteligente sistema microhíbrido disponible en el modelo posterior, por lo que tampoco serán tan eficientes.
Si vas un poco más lejos, puedes encontrar versiones con muy pocos kilómetros de la generación actual por menos de 25.000 €, con el motor y acabados que quieras, y los modelos Premium a este precio presentan una buena relación calidad-precio. Por ejemplo, puedes encontrar un HYUNDAI Tucson 1.6 TGDI NLine 4x4 DT con 1.800 km de 2019 por 28.900 €. Los modelos deportivos N Line suben un poco de precio, pero siguen suponiendo un gran ahorro en comparación con el PVP.
Niveles de acabado y equipamiento de serie
A diferencia de otras marcas de coches, el único extra opcional que ofrece Hyundai es la pintura metálica, lo que significa que es muy importante que elijas el acabado que se ajuste a tus necesidades, ya que no puedes añadir nada después.
A algunos compradores les encantará este sencillo enfoque, así no tienen que leerse todo el folleto para saber si tendrán ajuste lumbar y sensores de aparcamiento en el acabado que pueden permitirse.
Pero no tienes que preocuparte, porque casi todos los Hyundai Tucson vienen con un equipamiento decente de serie que incluye una cámara de visión trasera para facilitar el aparcamiento, tomas USB para recargar el móvil y climatizador bizona.
Sin embargo, nosotros nos quedamos con el SLE, que viene con cristales traseros tintados, limpiaparabrisas automáticos, una pantalla táctil de 8.0 pulgadas mejorada y, como su nombre indica, un sistema de navegación incorporado, si prefieres no usar el teléfono.
Pero el coche transmite sobriedad exterior. Si quieres darle un poco de vidilla, puede que prefieras el modelo deportivo N Line, que lleva asientos calefactables, una mezcla de tapicería de ante y cuero, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, acceso y arranque sin llave y (con algunos motores) una suspensión más rígida.
Al subir a los modelos Premium, empezamos a ver el lujo. Tendrás un potente sistema de sonido, asientos de cuero con ajustes eléctricos, asientos delanteros y traseros calefactables, y útiles asistentes de conducción para aumentar la seguridad. Sin embargo, los mejores artilugios siguen reservados para el acabado más caro N Line, incluidos faros LED más brillantes, control de crucero adaptativo que frena y conduce el coche, y techo panorámico. Aunque estas comodidades son bienvenidas, también suben el precio claramente por encima de los 40.000 €, lo que supone una mala relación calidad-precio.