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10.10.2022

¿Cuánto dura la batería de un vehículo eléctrico?

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El mundo está llevando a cabo una apuesta decidida por los vehículos eléctricos. El pasado julio, la Comisión Europea desveló un paquete de medidas para que el Viejo Continente se convirtiera en la primera gran región neutra en carbono en 2050. Para lograrlo, han propuesto que 2035 sea el año en el que dejen de venderse motores de combustión.

Incluso el Gobierno de EEUU, un país que va a la zaga en cuanto a penetración de mercado electrificada —con respecto a Europa y China—, ya ha afirmado que quiere que el 50% de las ventas de automóviles en 2030 sean de bajas emisiones, es decir: híbridos y 100% eléctricos.

Sin embargo, una de las mayores preocupaciones de los compradores de un vehículo eléctrico es la batería: después de varios años usando móviles con acumuladores de iones de litio —esencialmente, la de un coche es idéntica, pero a una escala mucho mayor—, saben que, a medida que avanza la edad, su funcionamiento comienza a deteriorarse.

Si bien esto no es especialmente problemático para un teléfono, cuando se trata de una inversión de más de 25.000 euros, buscamos que lo que hayamos comprado sea duradero. Al menos tanto como un propulsor de combustión tradicional. 

Es importante recordar que los coches convencionales también se deterioran a lo largo del tiempo y que los constructores de automóviles son conscientes de la ansiedad de la via útil que pueden tener sus potenciales compradores. Por ello, la mayor parte de los fabricantes dotan a sus productos de garantías de cinco a ocho años, además de un sistema informático que gestiona la recarga para evitar que los ciclos de descarga comprometan su duración.

Desde el 2010, el precio de los acumuladores se ha reducido hasta en un 80% según Bloomberg. Además, los fabricantes, al fomentar las economías de escala solo harán que esta tendencia continúe, al menos hasta que llegue una tecnología que sustituya a los iones de litio —algunos fabricantes, como Daimler o Toyota, estiman que el estado sólido estará listo para comercializarse a partir de 2025—.

Algunos de los factores que impactan a la vida útil de las baterías son:

El tiempo

Un acumulador es, en esencia, un paquete de elementos químicos que producen reacciones a lo largo del tiempo para generar energía. A medida que su interacción es más frecuente, su potencia disminuirá de forma inevitable.

Los ciclos de carga

Ligados al tiempo, los ciclos de carga son el número de veces que una batería se ha cargado y descargado desde que salió de la fábrica. Al igual que ocurre con los teléfonos, cuantas más veces ocurra, más se comprometerá la vida útil de una batería, ya que afecta al litio del que están compuestas. Esto no significa que no cargues tu vehículo eléctrico por temor a acortar su vida —de hecho, no hacerlo es más detrimental para él que rellenarlo cuando lo necesite—.

Las altas temperaturas

Al igual que demasiadas reacciones pueden degradar la integridad química de los elementos, las altas temperaturas —que se originan por un uso intenso, o un fallo con el sistema de gestión de la batería al recargar con potencias altas— también limitan rápidamente la vida útil que pueden llegar a tener las células eléctricas.

Según un estudio realizado por la compañía estadounidense Geotab sobre la vida útil de varios modelos eléctricos en condiciones reales de conducción, la media del mercado es de contar con una capacidad del 86% tras seis años de funcionamiento, perdiendo entre un 2% y un 3% anual.

A pesar de que puedan seguir siendo funcionales después de 15 o 20 años, la pérdida de autonomía y la descarga rápida harán que antes de esas edades podamos plantearnos cambiar de coche para disfrutar de los avances en la tecnología eléctrica.

Estas cifras están por encima de lo que garantizan los principales fabricantes: Volkswagen, con sus ID.3 —el modelo eléctrico más vendido de Europa— e ID.4 ofrece una capacidad del 70% durante ocho años o 160.000 kilómetros de recorrido.

Sin embargo, a la hora de comprar un vehículo eléctrico, es importante leer con atención la garantía, ya que algunos fabricantes solo la reemplazarán si presenta daños totales o si la capacidad es menor que cierto umbral.

Debido a que los VE son una introducción relativamente nueva en el mercado, todavía estamos viendo como los modelos de primera generación —como el Nissan Leaf— siguen siendo usados activamente, y en el mercado de segunda mano ya se pueden encontrar por menos de 10.000 euros, lo que costaría únicamente su sistema de almacenamiento cuando fueron matriculados.

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